Tras una amputación de miembro inferior arriba de rodilla es normal presentar mayores repercusiones en la destreza, sobre todo al realizar actividades de la vida diaria que anteriormente parecían muy simples.
Por ejemplo, una persona con amputación arriba de la rodilla camina generalmente más lento con la prótesis de pierna; en comparación con la marcha que realizaba con sus dos piernas, pero a pesar de esto el gasto de energía es mayor.
Para ilustrar esto, piense en cómo usted se siente cuando corre una distancia corta tan rápido como usted pueda y cuando camina la misma distancia. Correr 100 yardas hará que probablemente usted se quede sin aliento, mientras que caminar le tomará más tiempo y no le dejará sin aliento. A una persona con amputación transfemoral que camina 100 yardas le tomará, por supuesto, más tiempo para cubrir esa distancia. Pero necesitarán gastar más energía para recorrer esa distancia que una persona con un nivel más bajo de amputación o sin amputación. El factor que deja a uno sin aliento no es la energía total que gasta; sino cuán rápido gasta esa energía (Smith, 2004).
Esto se debe a la pérdida de la rodilla, que implica mayor esfuerzo para el control de la prótesis de pierna. Es importante saber que ninguna de las amputaciones implica una fácil adaptación, cada una conlleva ciertas limitaciones con los dispositivos protésicos.
Para una amputación transfemoral el cirujano debe considerar la importancia de la reconstrucción muscular. Una persona con una amputación transfemoral no puede soportar peso directamente sobre el extremo del muñón.
Tras la amputación los músculos del muslo se desequilibran cuando se corta el fémur transversalmente. Por lo tanto, dos de los objetivos durante la intervención quirúrgica son intentar restablecer el equilibrio muscular y colocar el fémur de forma que pueda soportar algo de peso sobre el área lateral, tratando de generar un cojinete muscular que proteja el hueso ante el movimiento del muñón durante la marcha.
El término clínico utilizado para referirse a la técnica quirúrgica que consiste en volver a unir los músculos al hueso tras la amputación es “miodesis”. Este proceso puede ser realizado de dos maneras principales para realizar esta operación:
- El médico puede crear agujeros en el hueso y suturar (coser) el músculo directamente al hueso.
- El cirujano puede anclar el músculo en el hueso y suturarlo al periostio (tejido grueso que cubre el hueso).
El muslo puede realizar cuatro movimientos principales, necesarios para la locomoción:
- Hacia adelante, denominado “flexión”
- Hacia atrás, denominado “extensión”
- Hacia el plano medio del cuerpo, denominado “aducción”
- Hacia fuera, denominado “abducción”
Los movimientos mencionados anteriormente se pueden llevar a cabo por los músculos cercanos a la cera y la periferia del muslo, por ejemplo: los músculos abductores y flexores se unen cerca de la cadera. En una amputación transfemoral están situados por encima de la separación quirúrgica por lo que no suelen quedar afectados por el corte transversal. Sin embargo, se seccionan los músculos aductores y extensores porque están unidos en el extremo inferior del muslo. Por lo tanto, en este tipo de amputación se pierden las uniones musculares que permiten mover la pierna hacia dentro, como cuando se cruza un muslo sobre el otro, y hacia atrás, por consiguiente, el muñón se tiende a lateralizar y flexionar más del rango de normalidad.
Estas alteraciones suelen generar problemas en la estabilidad de la marcha y en la alineación tanto estática como dinámica.
El presentar una flexión de cadera mantenida nos puede hacer referencia de un acortamiento de los músculos flexores de cadera, lo que puede implicar diversas alteraciones en el movimiento de la prótesis de pierna, tal es el caso para bajar rampas, donde se necesita que los músculos extensores se activen para evitar caídas.
Como bajar rampas con prótesis transfemoral
- Debes posicionarte con ambas extremidades a la misma altura.
- Levante la prótesis sin flexionar la rodilla, mientras levanta la prótesis debe mantener la contracción del muñón.
- El primer contacto del pie debe ser con el talón del pie protésico, sin bajar la punta del pie.
- Asegúrese de activar los músculos de los glúteos, esto ejercerá un movimiento de extensión de la prótesis para evitar que la rodilla protésica se flexione.
- La pierna contralateral debe llegar al mismo nivel del pie protésico, no tiene que rebasarlo ya que puede ocasionar que la rodilla protésica se flexione y se caiga.
Tiene que repetir estos 5 pasos hasta llegar al final de la rampa.
Como subir rampas con prótesis transfemoral

- Posiciónate al inicio de la rampa con ambas piernas al mismo nivel.
- La pierna con la que inicia es la contralateral a la amputación, el largo del paso debe ser entre 25 y 30 cm de largo de la otra pierna, ya que un paso largo provocará que se realice una inclinación del tronco muy marcada.
- La prótesis se tiene que colocar al mismo nivel del otro pie o 5 cm detrás de este.
Debe repetir estos pasos cíclicamente hasta que termine de subir por toda la rampa.
En los siguientes enlaces podrás conocer sobre temas de la importancia de la higiene postural en el amputado de miembro inferior y cuidados posturales en los amputados arriba de rodilla.
En Mediprax México somos especialistas en el equipamiento de pacientes con amputación de miembro inferior o superior. Recuerda que cada paciente es distinto, por lo tanto, es importante realizar una evaluación con el fin de brindar la prótesis que brinde un cambio de vida real y funcional de acuerdo a tus características y necesidades.
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Referencias
Smith, D. G. (2004). La amputación transfemoral: Primera parte. Amputee Coalition.