Discapacidad adquirida por la amputación

Las personas con discapacidad son aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales en cuanto a un largo plazo que, en interacción con diversas barreras, pueden obstaculizar su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con los demás.
Según el Informe Mundial sobre la Discapacidad, alrededor del 15% de la población vive con algún tipo de discapacidad. Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir una discapacidad en comparación con los hombres y las personas mayores más en comparación a los jóvenes.
Las amputaciones proveen una discapacidad adquirida. En el caso de los jóvenes la amputación suele ser por accidentes automovilísticos o por cáncer; Y en el caso de los adultos mayores el factor causal se debe principalmente por enfermedades crónicas como la diabetes o problemas vasculares.
En los últimos años, la comprensión de la discapacidad ha pasado de una perspectiva física o médica a otra que tiene en cuenta el contexto físico, social y político de una persona. Hoy en día, se entiende que la discapacidad surge de la interacción entre el estado de salud o la deficiencia de una persona y la multitud de factores que influyen en su entorno
Perder una o más extremidades, implica generar cambios extremos en el estilo de vida y desarrollar buenas estrategias de adaptación que le permitan al sujeto ajustarse en poco tiempo y reaprender a conducirse en el diario vivir teniendo una discapacidad. Asimismo, la familia tiene un papel protagónico durante este proceso de ajuste, ya que ellos deben generar cambios que propicien la adaptación de la persona amputada, por lo tanto, es importante fomentar un ambiente en el que se brinde apoyo y que a la vez, permita el desarrollo de independencia funcional en la persona amputada. La presencia de un contexto de apoyo, en el que se respeten los límites, permitirá mejorar la percepción que tiene el paciente con respecto al procedimiento y la recuperación de las facultades, autonomía e independencia (Unwin y Clarke, 2009).
Saradjian, Thompson, Datta (2008) comentan que la pérdida de una extremidad provoca en el sujeto una reacción emocional similar a la que se produce cuando se atraviesa un duelo debido a la muerte de una pareja. La persona puede experimentar shock emocional en un primer momento, seguido de una negación hacia la amputación y embotamiento cognitivo; además se presentan síntomas depresivos y ansiosos. Y finalmente, luego de la aparición de todos estos sentimientos y emociones, la persona logra ajustarse y adaptarse a la nueva realidad.
En rangos muy generales, la amputación es una condición adquirida cuyo resultado es la pérdida de una extremidad. La naturaleza médica de la amputación tiene una connotación especial, ya que la discapacidad que produce en el sujeto es el resultado de una forma de tratamiento en el que se ha eliminado una patología, es decir, la amputación viene a ser la “curación o sanación” de una enfermedad previa (Osorio, 2011). Por lo tanto, para que una persona logre procesar esta información es necesario aliarse con el tiempo, debido que se crea un conflicto interno con su sistema de ideas, integrar el rol de persona con discapacidad y las dificultades emocionales, físicas y sociales asociadas es un proceso largo y complicado. Sin embargo, cada proceso de amputación implica un reto distinto en la persona, por lo que conocer estos retos, permitirá brindar a la persona ayuda orientada a disminuir el impacto que produce este proceso de ajuste, así como reducir la cantidad de tiempo necesario para adaptarse a la vida diaria y a la nueva situación física.
Como ya hemos estado mencionando en otros blogs el acompañamiento de terapia psicológica e incluso psicoterapia son fundamentales para tratar las alteraciones en la imagen corporal y los proceso de cambios, así como también para atender las etapas del duelo.
El dolor y sufrimiento que llegan a expresar los pacientes amputados son primordialmente por la pérdida de su independencia, el cambio tan abrupto en sus actividades de la vida diaria y en algunos casos la modificación en su esquema corporal.
Las prótesis son una herramienta para sustituir la extremidad perdida, pero es importante resaltar que no volverá a ser igual, ya que es un objeto inerte que tendrá que ser manipulado por el muñón y en algunos casos ciertos movimientos serán limitados por el mismo dispositivo.
Aceptar las nuevas condiciones tras la amputación es una tarea difícil que puede ser trabajada por especialistas en psicología o psicoterapeutas.
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- ¿Qué pasa una vez que ya tengo mi prótesis?
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Referencias
Jiménez, K. (2017). Ajuste psicosocial en pacientes amputados: la psicología en el contexto sanitario. Revista Cúpula, 31(2), 8–43. https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v31n2/art02.pdf
Osorio, L (2011) Módulo de amputados. Recuperado de http:// www.elportaldelasalud.com/index2. php?option=com_content&do_ pdf=1&id=81
Saradjian, Thompson, Datta,(2008) The experience of men using an upper limb prosthesis following amputation: Positive coping and minimizing feeling different. Disability and Rehabilitation 30(11), 871- 883
Unwin, J., Clarke, C. (2009) A prospective study of positive adjustment to lower limb amputation. Clinical Rehabilitation 23, 1044-1050