La decisión de someterse a una amputación debe ser determinada a conciencia, en algunos casos no existe otra alternativa debido a que es la única manera de salvar la vida del paciente. Una amputación, provoca una discapacidad permanente que puede afectar a niños, jóvenes, adultos y ancianos, ya que puede ocurrir en cualquier etapa de la vida.
También, existen las amputaciones congénitas o deficiencias congénitas que son ausencias de una parte o la totalidad de uno o más miembros, ya sean superiores o inferiores en el momento del nacimiento; y que se presentan por diversos factores durante el desarrollo en el vientre materno.
En palabras de María Antonieta Repetto Cortés, ella dice que en un extremo de esta gama patológica está la amputación congénita en un niño, y en el otro extremo está la amputación paliativa en un individuo de edad avanzada en un intento por ayudar a que su vida productiva e independiente se prolongue por más tiempo. Los factores que influyen en el cuidado y el tratamiento de un niño que ha nacido con discapacidad son muy diferentes de los que intervienen en el tratamiento de un joven o un adulto con una amputación traumática que fue resultado de un accidente automovilístico, de tránsito o laboral.
Tras la amputación se deben considerar los estímulos y sentimientos que experimenta el paciente, para esto es importante examinar los problemas reales que ocasiona la propia incapacidad y derivado de esto las limitantes que presenta, de está manera entender la conducta de los sujetos afectados, que son producto de la permanencia e irrevocabilidad de la pérdida de uno o más miembros; producida por la amputación y diversos problemas físicos, psicológicos y sociales, muy específicos y de naturaleza única.
Una vez identificados los problemas de la propia amputación es necesario considerar los problemas físicos y psicológicos en relación mutua por sus interacciones íntimas y complejas.
Solo un porcentaje de los amputados se plantea el uso de una prótesis, consiguiente a esto se vuelve otro aspecto importante de los problemas que ocasiona la amputación. El uso de una prótesis y su dificultad para lograr el reajuste personal; es precisamente en este rubro en donde intervienen la ayuda psicológica y la fisiátrica.
La adquisición de una prótesis puede volverse un problema desde el aspecto económico y convertirse en un problema emocional.
Habitualmente en el entorno de una amputación es común escuchar que los pacientes expresan dolor y sufrimiento ante la pérdida, ambos son conceptos que vienen desde la parte emocional y claro se pueden convertir en malestares físicos.

Decir que existe dolor se puede interpretar como que el dolor es una percepción sensorial, localizada y subjetiva con intensidad variable que puede resultar molesta y desagradable en una parte del cuerpo. El dolor es el resultado de una estimulación por parte de las terminaciones nerviosas sensitivas de la zona, si es un dolor físico.
En cuanto al sufrimiento se puede decir que es un dolor físico o angustia emocional, social o espiritual que lleva a una persona a sentirse triste, asustada, deprimida, ansiosa o sola. Las personas en este estado, también en ocasiones se sienten incapaces de hacer frente a los cambios de la vida cotidiana o a aquellos causados por una enfermedad, como el cáncer y las amputaciones. Los pacientes amputados a veces tienen problemas para enfrentar la pérdida. También se llama angustia, distrés, estrés patológico y malestar.
La amputación puede desencadenar estas emociones y sensaciones, sufrir es una experiencia relativa, pero no superflua (que no cumple ni desempeña una función). El sufrimiento como el dolor no es cuantificable, y por ello quizá no se le visualiza con la suficiente aptitud desde el enfoque racional y común de otras enfermedades (Garret, 1961).
Para María Antonieta Repetto Cortés, el sufrimiento y el dolor físico a menudo se han plasmado en conceptos o son utilizados por instituciones religiosas con fin paliativo. Sin embargo, surge una pregunta: ¿y si el dolor se ha calmado o no hay ya dolor? ¿Qué es lo que hace sufrir a un paciente? Las respuestas a estas preguntas constituyen conceptos importantes para que el psicólogo conozca a los pacientes y los ayude en sus procesos de adaptación.
Partiendo de todo esto, el tratamiento psicológico es fundamental para sobrellevar el proceso de adaptación protésica, por ejemplo: Caminar con una prótesis de pierna no es tan fácil como se ve, cada movimiento debe ser pensado y por consiguiente contraer los músculos adecuados. Este proceso puede resultar cansado; pero conforme el paciente avanza en su rehabilitación, este lográ mecanizar cada movimiento.
La pérdida de una extremidad produce muchos cambios en la vida de una persona, esta nueva realidad implica un reto para el individuo, ya que constituye una práctica traumática debido a que el proceso de recuperación requiere de la capacidad que tenga el sujeto para rehacer su vida de forma física, psicológica y social. La rehabilitación puede transcurrir en poco tiempo, dependiendo de las características socioemocionales del individuo, por ejemplo: Hay personas que tienen mayor facilidad para adaptarse a la utilización de la prótesis y alcanzar niveles apropiados de independencia funcional que le permitan desenvolverse en el medio, sin embargo, existen otros casos, en los que este proceso transcurre de forma más lenta que la esperada, generando dificultades tanto emocionales como físicas en los sujetos (Tonon da luz, Ávila, Oliveira, Andrade, Ventoza, Berral de la Rosa, 2010).
En Mediprax México somos especialistas en el equipamiento de pacientes con amputación de miembro inferior o superior. Recuerda que cada paciente es distinto, por lo tanto, es importante realizar una evaluación con el fin de brindar la prótesis que brinde un cambio de vida real y funcional de acuerdo a tus características y necesidades.
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Referencia:
Garret JF, Levine ES. Psychological practices with the physically disabled. Oxford: Columbia University Press; 1961.
Jiménez, K. (2017). Ajuste psicosocial en pacientes amputados: la psicología en el contexto sanitario. Revista Cúpula, 31(2), 8–43. https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v31n2/art02.pdf
- A., R. (2015). Evaluación y tratamiento psicológico de los amputados. En Los amputados y su rehabilitación. Un reto para el Estado (pp. 105–111). Intersistemas. https://www.anmm.org.mx/publicaciones/ultimas_publicaciones/Rehabilitacion.pdf