La hemipelvectomía es un procedimiento infrecuente realizado a pacientes con tumores musculoesqueléticos y articulares a nivel de la cintura pélvica. El procedimiento específico determina la localización y extensión de la neoplasia.
El término hemipelvectomía fue determinado por Kellogg Speed en el año de 1932, de acuerdo con la definición de Ariel y Hark, se trata de “aquel procedimiento en que la totalidad del hueso innominado, tejidos blandos somáticos contiguos (nalga) y la extremidad inferior completa, son resecados en masa.” En 1903 Kocher describe una hemipelvectomía con preservación de la extremidad afectada y finalmente Pringle en el año de 1916 describe la técnica quirúrgica.
En otras palabras, la hemipelvectomía es la extirpación de toda la pierna y parte de los huesos de la pelvis, incluso del sacro.
La primera hemipelvectomía exitosa la realizó Girard, entre los años de 1893 y 1895, aunque a la fecha no es del todo exacta.

Para poder comprender las diferentes circunstancias que se encuentran alrededor de una hemipelvectomía, es importante conocer la anatomía de la cintura pélvica, las condiciones propias de dicha región, así como el significado y repercusiones clínicas de tales condiciones.
La pelvis es una parte importante de la estructura ósea que contribuye a la estabilidad del cuerpo, además de que realiza una acción protectora para los órganos que en ella se encuentran.
El hueco pélvico, por sus dimensiones es capaz de albergar masas tumorales de gran tamaño antes de que el paciente perciba la existencia. La mayoría de los tumores de la pelvis ósea se diagnostican en fases avanzadas, por lo que su resección se torna difícil, incluso en ocasiones de manera imposible.
La pelvis ósea carece de barreras anatómicas mayores para la extensión tumoral, esto se traduce en grandes neoplasias que fácilmente pueden extenderse a estructuras óseas, viscerales y/o neurovasculares adyacentes, lo cual ocasiona que en muchos de los casos no sea posible lograr márgenes quirúrgicos limpios.
Así mismo, se considera a la localización de la neoplasia como un factor a influir en la dificultad técnica de la resección a realizar.
La cercanía a orificios naturales contaminados como el ano, la uretra y la vagina, aunados a tiempos quirúrgicos prolongados y gran exposición de tejidos blandos, aumentan la posibilidad de que se generen procesos infecciosos de diferente cuantía. De la misma manera, la dificultad para eliminar espacios muertos origina que con mayor facilidad se formen seromas y hematomas, por consecuente
también abscesos (cavidad donde se acomula pus). Por estas razones es que la hemipelvectomía es una amputación que representa grandes riesgos en la vida del paciente.
De acuerdo con estimaciones, un 15% de los tumores óseos malignos primarios se localizan en la pelvis y los tumores óseos malignos primarios más frecuentementes en la pelvis son:
- El condrosarcoma
- El sarcoma de Ewing
- El osteosarcoma.

Este tipo de tumores son los principales causantes de una amputación a nivel de hemipelvectomía, pero esta opción solo será ejecutada a menos de que no exista otra posibilidad y sea sumamente necesario, debido a que representa grandes riesgos para la recuperación del paciente y al colocar una prótesis de pierna el paciente deberá enfrentar mayores retos en su adaptación y uso, pero que serán posibles de enfrentar con el apoyo de un equipo profesional de la salud, rehabilitación y prótesis.
En niños y adolescentes la neoplasia más frecuentemente es el sarcoma de Ewing, seguido por el osteosarcoma y en tercer término se ubica el tumor neuroectodérmico primitivo. El condrosarcoma, al habitualmente no encontrarse durante las dos primeras décadas de la vida, desaparece del panorama de la causa predominante en estos pacientes, pero como grupo las lesiones secundarias o metastásicas son las que más predilección tienen por los huesos de la pelvis.
Por lo tanto, se puede determinar que las principales causas de la hemipelvectomía son por traumatismos muy graves, debido a lesiones en la médula espinal, recurrentes infecciones, ulceraciones, pero sobre todo por tumores.

Después de la hemipelvectomía lo más importante será concentrar los recursos médicos para salvaguardar la vida del paciente, procurando su pronta recuperación y cicatrización, para posteriormente brindar el apoyo psicológico, fisioterapéutico y en un futuro protésico, en el cual se le pueda diseñar y adaptar una prótesis de pierna adecuada a su nivel de amputación.
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Referencias
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Sánchez-Torres LJ, Santos HM, Carmona RR, Herrera ME, Vásquez GE, Nacud BY. Neoplasias malignas en pelvis y su resección. Acta Ortop Mex. 2009;23(4):237-242.
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https://www.medigraphic.com/pdfs/felac/fl-2013/fl131j.pdf
https://www.medigraphic.com/pdfs/opediatria/op-2015/op151c.pdf