El muñón patológico es un órgano no apto para la locomoción (para adaptar una prótesis), que presenta una cicatriz adherente y un edema excesivo que provoca un aumento del dolor y un retraso de la cicatrización. Los músculos flexores y abductores se encuentran contracturados provocando una restricción en el rango de movimiento de la cadera. Esto generalmente se puede deber a las posturas viciosas que adopta el paciente después de la amputación; o también a la falta de elongación de la musculatura contracturada y a la carencia de ejercitación de la musculatura atrofiada.
(Balmayor & Berrutti, 2003)
Diferencia entre muñón patológico y muñón sano
La diferencia que tiene el tratamiento del muñón patológico con el que se realiza luego de la cirugía de amputación es; que al estar cicatrizados los tejidos, se pueden realizar todos ejercicios desde el primer día que el paciente ingresa al servicio. Es más, no se debe perder tiempo ya que el paciente se encuentra atrasado en los tiempos de rehabilitación.
Lo ideal es empezar un tratamiento fisioterapéutico temprano entre el séptimo día posterior a la amputación hasta los días 30-45 aproximadamente, teniendo como objetivo fundamental que el paciente recupere su funcionalidad lo antes posible, evitando la patología del muñón.
Complicaciones con el muñón patológico
Una de las principales complicaciones de no recibir la atención necesaria, son las contracturas musculares. Se puede comprobar la contractura de los flexores de cadera mediante la maniobra de Thomas: que consiste en flexionar al máximo el miembro remanente, hasta poner en contacto el muslo con la cara anterior del abdomen; se verá entonces que el muñón se flexiona espontáneamente, siendo imposible extenderlo al presionar por encima de la rodilla. Esto ocurre porque al provocar la hiperflexión del miembro remanente se llega al límite de la flexión coxofemoral, continuando ésta en la región lumbar. Así, por lo tanto, desaparece la lordosis compensadora y se hace evidente la contractura en flexión del muñón.
Una vez instalado el muñón patológico se dificultará el uso del equipamiento preprotésico al mes de producida la amputación, ya que primero deberán ser tratadas y resueltas las complicaciones que demorarán los tiempos estipulados en el tratamiento kinésico postamputación.
Tratamiento del muñón patológico
El tratamiento va a estar estipulado por el área de fisioterapia y rehabilitación o incluso puede estar derivado por el licenciado en prótesis a cargo de la confección del equipo protésico (prótesis).
Cuando el paciente ingresa al servicio de kinesiología, se inicia el tratamiento con la anamnesis y la confección de la ficha kinésica, identificando las causas y/o factores que desencadenan la patología del muñón.
Éstas pueden ser:
- Propias de la etiología que produjo la amputación.
- Por una mala técnica quirúrgica.
- Consecuentes del inapropiado cuidado del muñón en el período postamputación, que puede deberse a una falta de indicaciones médico-kinésicas o a la negligencia del paciente en el cumplimiento de las mismas.
- Por el tiempo que transcurre entre la amputación y el inicio del tratamiento; etc.
Evolución del muñón
Luego se evalúa la persistencia del edema realizando mediciones del perímetro del muñón y se comparan con el miembro remanente; se observan los grados de contractura en flexión de cadera por medio de un goniómetro y la maniobra de Thomas; y se evalúa la fuerza de la musculatura del muñón a través de maniobras manuales.
Protocolo de tratamiento
Posteriormente se planifica un protocolo de tratamiento según las necesidades de cada paciente que constará de las siguientes indicaciones:
- Se enseña la técnica de vendaje en los casos en que no se haya indicado anteriormente o que la técnica indicada presente errores en su aplicación que produzcan complicaciones.
- Se recomienda la postura en decúbito prono para realizarla en el domicilio, evitando todo tipo de posturas viciosas que mantengan a la cadera en flexión.
- Se planifica una rutina de ejercicios.
- Se realiza la técnica de deflexión como método de elongación para tratar las contracturas de cadera. El paciente se ubica en decúbito supino dejando el muñón por fuera de la superficie de la camilla; mientras que el miembro remanente se encuentra en flexión de 90° de cadera y de rodilla por medio de accesorios de suspensión. Esta postura tiene la finalidad de disminuir la lordosis compensadora y hacer evidente la retracción en flexión del muñón. En la zona distal del mismo se coloca una cincha de suspensión con un gancho al que se añadirá un peso que no podrá vencer, favoreciendo así la elongación de la musculatura flexora. El peso varía según las características de cada paciente y se mantiene la postura durante 30 minutos.
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Bibliografía
Balmayor, M., & Berrutti, A. (2003). Indicaciones postquirúrgicas para el paciente amputado. Universidad Abierta Interamericana.